Este blog pretende ofrecer información sobre temas relacionados con la infancia. en él iré publicando mis reflexiones. te invito a que lo leas y dejes tu comentario.

martes, 24 de junio de 2008

Cuando tu niño pregunta… ¿por qué?

¿Por qué es azul el cielo? ¿Por qué las estrellas no se caen? ¿Por qué no vuelan las vacas? ¿Por qué crece la hierba? Ufff!!!! Nuestro niño ha llegado a la etapa del por qué. Y vale preguntarnos…. ¿Por qué?

Tu pequeño ya ha pasado la etapa donde lo más importante era reconocerse a sí mismo. Ya es consciente de su personalidad, de su cuerpo y su YO. Ya conoce su familia, su entorno más cercano, tiene dominio de su cuerpo y está listo para reconocer el resto: el mundo que lo rodea. La principal fuente de información somos nosotros, los padres, que seguramente LO SABEMOS TODO y que seguramente también NO LO DEJAREMOS EXPERIMENTARLO TODO.

Esta etapa de la niñez es muy linda, no solo estimula la curiosidad y la capacidad de análisis del niño, sino que estrecha las relaciones familiares y hace que ganemos en confianza y comunicación. Muchas veces para salir del paso le damos al niño cualquier respuesta, porque la verdad, a veces nuestro niño se pasa de rosca, pero mucho cuidado, podemos provocar muchos trastornos:

  • Si le damos respuestas incorrectas o tontas y luego, al repetirlas, son motivo de burla. Podemos perder su confianza.
  • Si nos molestamos porque nos agobia con tantas preguntas se limitará a buscar otro referente o simplemente se volverá más introvertido.
  • Si evadimos la pregunta y le restamos importancia atentaremos contra su capacidad de reflexión y su autoestima.

Ah… si en cambio aprovechamos cada pregunta del niño:

  • Motivamos a que el niño reflexione, le hacemos preguntas a él relacionadas con la suya.
  • Le damos siempre una explicación lógica, ajustada a sus posibilidades de comprenderla, con ejemplos y valoraciones personales.
  • Le ayudamos a relacionar su pregunta con fenómenos y objetos, con el mundo que lo rodea, con las personas que conoce.
  • Si aprovechamos cada pregunta para hacerle una historia, una anécdota.
  • Si le hacemos nosotros mismos preguntas a él que lo ayuden a llegar solo a la respuesta.

Entonces lograremos:

  • Mayor comunicación y un clima favorable para el aprendizaje.
  • Que el niño aumente su autoestima.
  • Despertaremos su curiosidad y afán de descubrir. Los más creativos tuvieron siempre atención a sus por qué.
  • Sabrá por nosotros que todo, o casi todo puede tener solución y respuesta.
  • Que no siempre tenemos las respuestas pero que podemos buscar en muchas partes: diccionarios, amigos, abuelos, internet…
  • Que todo en el mundo se relaciona y que él mismo es parte de este increíble universo.

Recuerda que cualquier conocimiento puede llegar al niño por muy complejo que sea siempre que ajustemos nuestros códigos y sepamos graficarlos, ajustarlos a su experiencia y capacidad de análisis. La curiosidad del niño es una puerta a su desarrollo personal y social.

Y ahora… ¿Por qué no me comentas algo sobre este tema? Ah… ¿Por qué?


 

No hay comentarios: