No siempre el niño cuenta con un espacio propio donde poner sus juguetes. En muchos casos destinamos para ellos un cajón que va a parar debajo de la cama, donde tiene que “zambullirse” para encontrar algo. Debemos facilitar a los pequeños contendores atractivos y de mediana escala, que pueda arrastrar y cargar. Funcionan muy bien los baúles, de madera o cartón resistente, con cierres sugerentes, adornos y compartimentos divertidos. Enséñelo a clasificar los juguetes, a guardarlos antes de sacar otro, a conservar el envase original, siempre que se pueda. Puede terminar el juego con una competencia contra reloj que motive a recoger todos los juguetes en tiempo record. Participa con ellos de este juego y poco a poco hazlos conscientes de que su esfuerzo tributa al orden y la belleza del hogar.
Los juguetes seguirán inundando nuestros hogares, acompañarán a nuestros pequeños en sus múltiples aventuras, así que tratemos de hacerles un espacio, de que cumplan bien su papel y sobre todo que contribuyan, lo mejor posible, al desarrollo de nuestros pequeños. Recuerde que en esta gran orquesta lúdica nosotros debemos llevar la batuta.
La importancia de la actitud
Hace 16 años
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